Durante ese lapso se realizaron seis juicios que terminaron con jurados en desacuerdo o con condenas anuladas por faltas de la Fiscalía.
Curtis Flowers estuvo preso durante 23 años por un crimen que no cometió y le pagarán 500.000 dólares, en cuotas.
Así lo determinó el juez federal George Mitchell al dar a condenar al estado de Misisipi (Estados Unidos).
Se trata de la suma máxima que permiten las leyes estatales para indemnizaciones de ese tipo.
Flowers recibirá el dinero en cuotas de 50.000 dólares, mientras que su abogado también cobrará otros 50.000 dólares que deberán abonarle las autoridades estatales.
"Me siento bien", afirmó Curtis a sus 50 años, aunque añadió: "Creo que debería haber sido más".
Flowers fue detenido en enero de 1997 tras ser acusado del asesinato de cuatro personas en un comercio de muebles en la ciudad de Winona, donde había estado empleado dos semanas antes.
Resultó condenado y durante 23 años se dedicó a apelar la sentencia.
Durante ese largo proceso se realizaron dos juicios que resultaron con jurados en desacuerdo y otros cuatro terminaron en condenas y sentencias a muerte anuladas con posterioridad debido al mal accionar de la Fiscalía.
Ya en libertad, y a la espera del resarcimiento económico, Curtis planea crear una fundación para ayudar a concientizar en casos de injusticia como el suyo y a ayudar a presos que necesiten asistencia legal.
En tanto, a fines de marzo, se casará con su prometida, con quien inició la relación por correspondencia mientras estaba preso.
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